Hoy os traemos la crítica de la película A dos metros de ti, una propuesta de romance adolescente un tanto innovadora, que os intentará conmover con un amor atravesado por las dificultades de una enfermedad.
¡Bon dia i bona hora, Tontacos Neuróticos!
A dos metros de ti o Five Feet Apart (título original) fue estrenada el 15 de marzo de 2019, producida y distribuida por CBS Films. Escrita por Tobias Laconis y Mikki Daughtry, fue llevada a la gran pantalla de la mano del director Justin Baldoni.
Género: Drama, Romance adolecente, Enfermedades.
Reparto: Haley Lu Richardson, Cole Sprouse, Moises Arias, Kimberly Hebert Gregory, Parminder Nagra, Claire Forlani, Kaleb Williams, Evangeline Hill, Gary Weeks, Ariana Guerra, Emily Baldoni, Cynthia Evans, Jim Gleason, Todd Terry, Armando Leduc, Phillip Mullings Jr.
SINOPSIS
A dos metros de ti nos cuenta la historia de Stella Grant (Haley Lu Richardson), una adolescente de 17 años, optimista y luchadora, cuya vida está marcada por una grave enfermedad. Sus días transcurren tranquilos y rutinarios dentro de su habitación de hospital hasta que llega un nuevo paciente a su planta, Will Newman (Cole Sprouse).
RESPIRAMOS AIRE PRESTADO
A lo largo de la cinta conocemos un poco más el trasfondo familiar de ambos protagonistas, así como sus motivos para estar internados. Stella y Will padecen de fibrosis quística, una patología que afecta a los pulmones y reduce considerablemente la esperanza de vida de su portador.
Durante la primera parte de la película, Stella nos define y explica dicha enfermedad y cómo se lleva a cabo su tratamiento. Mediante una secuencia de imágenes y vídeos cortos, ella enseña al mundo, a través de su canal de Youtube, todos los procedimientos por los que pasa en su día a día.
A mi parecer, este es uno de los puntos fuertes de la obra, ya que saca a la luz una patología desconocida y no se corta en mostrar la dureza de la vida de una persona que depende de “aire prestado” para seguir viviendo.
La necesidad de tener el control
Por otro lado, de forma más breve, se deja entrever que Stella también sufre de trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), lo que la lleva a obsesionarse con la organización de su vida y tratamiento, procesos que en la mayor parte del tiempo van en paralelo. De hecho, es por este trastorno que ella empieza su relación con Will, pues el desorden y desinterés con los que él lleva a cabo su rutina de medicación, desquician a Stella.
Más tarde, nos enteramos que la muerte de la hermana de Stella, Abby, ha sido uno de los grandes detonantes de su conflicto con el orden, demostrando que los sucesos traumáticos en muchas ocasiones pueden desencadenar este tipo de comportamientos. A raíz de esto, Stella siente que es su deber y responsabilidad curarse y vivir, que sobre ella recae el peso de la muerte de su hermana y la felicidad de sus padres. Un ejemplo de esto, es la confesión que Stella le hace a Will: “he estado viviendo para tratarme, en vez de tratarme para vivir”.
Este es uno de los puntos vitales de la película, que nos habla sobre la madurez de Stella y como su fortaleza y optimismo son en ocasiones forzados, encontrando alivio en la visión despreocupada y libre de Will. Dándonos pie a hablar de la otra gran temática de la película, el amor.
DOS METROS DE DISTANCIA EN TODO MOMENTO
Como no podía ser de otra manera, su relación amorosa se encuentra marcada por la enfermedad. Tal y como se nos relata, los pacientes con fibrosis quística no pueden tener contacto cercano entre ellos, ya que podrían contraer las bacterias del otro y empeorar gravemente. La distancia de seguridad mínima son dos metros, hecho que da título a la obra y premisa principal del romance de nuestros protagonistas.
A mi forma de entender, la película nos habla de un amor que va más allá del contacto físico,y propone una conexión más íntima a través de la aceptación, la empatía y la confianza.
Una de las escenas clave para entender esto, es cuando Stella confiesa a Will que aún es virgen, confiándole la inseguridad que le causan las señales de su cuerpo (producto de la enfermedad). Acto seguido, ambos protagonistas, se desvisten uno frente al otro, enseñando sus múltiples cicatrices.
Paralelamente, a través del personaje de Poe, el mejor amigo de Stella y compañero de hospital, se nos habla escuetamente acerca del miedo de amar padeciendo una enfermedad. Poe teme ser una carga y que las consecuencias de su enfermedad afecten a su persona amada.
Con estas situaciones, se pretende ilustrar cómo las patologías afectan a todos los ámbitos de la vida de la persona que la sufre, más allá de los efectos en su salud.
PERO… ES CINE DE ROMANCE ADOLESCENTE
A pesar de que el discurso subyacente de la película está bastante conseguido, la cinta está impregnada de escenas “divertidas” y “adolescentes” que no aportan nada a la trama. Algunos sucesos están metidos con calzador como, la escena del lago helado, hecha para crear un ambiente dramático y expectante hacia el final de la película, que acabo con un decepcionante final abierto.
Para concluir con buen sabor de boca, diría que A dos metros de ti propone que el amor es uno de los mejores incentivos para seguir viviendo.
NOTA DE LA CRÍTICA DE A DOS METROS DE TI
Y ahora sí, Tontacos Neuróticos, después de todo lo que os hemos dicho, ha llegado la hora de la verdad.
Nuestra nota para A dos metros de ti es…¡Un 7!
(Os recordamos que nosotrxs puntuamos de 5 a 10)
TRÁILER
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