¡Que suene la música! (crítica)

¡Que suene la música! crítica

Hoy os traemos la crítica de ¡Que suene la música!, una dramedia correcta pero no memorable.

¡Bon dia i bona hora, Tontacos Neuróticos!

Cuándo me enteré que Peter Cattaneo lanzaba una nueva película de la mano de A contra corriente films este verano tuve la esperanza de ver un nuevo The Full Monty. La mítica comedia dramática de 1997 fue el bombazo con que Cattaneo se dio a conocer en la pantalla grande y con el que se ganó el corazón tanto del público como de la crítica. Desde entonces ha participado en varias series de televisión y ha dirigido algunas películas olvidables como The Rocker (2008). Sin duda, ¡Que suene la música! era la ocasión perfecta para que Cattaneo, veinte años después, resucitara como director de comedias dramáticas brillantes y reclamara su lugar en el panorama cinematográfico actual. ¿Lo ha conseguido?

Póster de Que Suene La Música
Póster de la película

Una breve sinopsis

Un grupo de mujeres inglesas se quedan solas en la base militar en la que viven cuando sus maridos son llamados a filas para servir en Afganistán. Para intentar superar el miedo y la ansiedad que les produce pensar que quizás los soldados no vuelvan a casa deciden montar un coro. Así, cantando, conseguirán crear lazos de amistad que las unirán frente a la adversidad, incluso en los perores momentos.

Valoración general

Peter Cattaneo vuelve a la carga con una dramedia (comedia dramática) en toda regla: unos personajes entrañables, una situación difícil y una genial muestra de superación. El director hace gala de conocer perfectamente el género y ofrece justamente lo que se espera de su propuesta: las protagonistas nos harán reír y llorar y su realidad, más que tensa, va evolucionando en un perfecto tempo continuo, donde se entremezclan los momentos más humorísticos con los más dramáticos. En definitiva, la película cumple el requisito esencial de una buena comedia dramática: darnos una de cal y una de arena, momentos tristes y divertidos; una harmonía de llantos, risas y sentimientos encontrados a flor de piel. En resumen, la película tiene todos los ingredientes para triunfar en su género.

Sin embargo, quizás este sea su mayor fallo; la película cojea justamente porque respeta en exceso las normas de la “buena” comedia dramática. Permitidme que me explique. Cattaneo nos ofrece un film correcto y entretenido, que nos hará reír y nos hará llorar, y que hará las delicias de los fans del género, pero que, aun así, no acaba de despegar del todo.

¿Por qué?

Sencillamente porque no añade nada nuevo a la mezcla, no ofrece nada que dote de personalidad suficiente a su película para permanecer en nuestra memoria. Quizás porque respeta demasiado las convenciones del género o bien porque el guión no deja de ser una comedia conservadora con visos dramáticos, el film de Cattaneo acaba siendo un producto disfrutable y entretenido pero esencialmente convencional y olvidable. Los personajes, que funcionan de maravilla en la pantalla, se desvanecen en el recuerdo al poco de salir del cine.

Repitiendo fórmulas

Mientras veía la película, no pude evitar tener la sensación de que esos personajes los había visto antes: las dos protagonistas que se pelean por liderar al grupo coral, que son como la noche y el día y no se soportan pero que a medida que avance el metraje se van haciendo inseparables; el personaje de la cantante vergonzosa pero que tiene una voz espectacular; etc. ¿No os suenan de algo?

Sin salirme del mundo de las películas de canto coral, ¿acaso la dinámica de las dos protagonistas de ¡Que suene la música! no os recuerda peligrosamente a la de las dos personajes principales de Dando la nota (2012)? Y, a nivel general, ¿no se parecen los personajes de Cattaneo a algunos de la genial Sister Act (1992)? Cattaneo repite fórmulas, ganadoras efectivamente porque siguen funcionando a la perfección en su película, pero que no dejan de ser eso, meras fórmulas. En ese sentido, la película seguro que os hará reír e incluso os hará llorar en los momentos más dramáticos pero difícilmente os va a sorprender, ya que tanto la evolución de los personajes como los giros de guión están más que “cantados” (perdonadme por el juego de palabras).

Nota

Y, ahora sí que sí, llegamos al final de nuestra crítica de ¡Que suene la música!, Tontacos Neuróticos, después de todo lo que os hemos ido comentando, ha llegado la hora de la verdad….

(Os recordamos que nosotrxs puntuamos de 5 a 10)

Después de haberla visto en premier antes del estreno en nuestro país, nuestra nota es… ¡Un 6, 5!

Conclusión final de nuestra crítica de ¡Que suene la música!

Puede parecer una nota baja pero cabe destacar el buen ritmo de la película, que mantiene el interés del espectador en todo momento. A pesar de ser un film olvidable, Cattaneo muestra sus dotes como director más que competente, conocedor de la historia que está contando y del público al que se dirige.

Aun así, lamentablemente, no hace justicia a su verdadero talento; ¡Que suene la música! no alcanza la calidad y la originalidad de The Full Monty. La película de 1997 era rabiosamente transgresora y por ello se convirtió en un icono de su tiempo. ¡Que suene la música!, a pesar de acertar en todas las notas y no desentonar en lo que al tono general se refiere (este es el último juego de palabras, lo prometo), no deja de ser una historia muy conservadora, construida en torno a fórmulas y dinámicas repetidas hasta la saciedad. En definitiva, acaba siendo una película como tantas, como esa canción que te gusta pero te suena de algo, que tiene un ritmo pegadizo pero que ya habías oído antes y que te hace gracia las dos primeras veces que la escuchas pero luego la abandonas en tu lista de reproducción.

Pero recordad, esta es solo nuestra opinión, lo mejor es que vayáis al cine y saquéis vuestra propias conclusiones. Así que decidnos que os ha parecido la película en nuestras redes sociales y estad atentos a los próximos estrenos.

Y, ya sabéis, Tontacos Neuróticos… A vivir que son… ¡TWO DAYS!

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